lunes, 17 de noviembre de 2008

Deus Machina.

Algunos dicen que jugamos a ser Dios, pero se equivocan, jugamos a ser la Máquina. Porque la Máquina puede repararse, hasta uno de los primeros teléfonos o proyectores de la historia podría funcionar perfectamente en la actualidad si se ha reparado adecuadamente; e incluso puede mejorarse, a un seiscientos puedes ponerle reproductor de CD's. La Máquina es eterna y nosotros queremos ser la Máquina, queremos repararnos para poder vivir más e incluso mejorarnos, ya pueden nacer niños sin cargas genéticas que los hagan padecer enfermedades. Pronto podremos sustituir nuestros órganos por otros artificiales que nos prolongen, pronto podrán nacer niños fecundados artificialmente y criados en plancentas también artificiales.
La Máquina es nuestro Dios y a ella se lo debemos todo.