martes, 14 de febrero de 2012

Para que bajes a dejarme tus labios.



He pensado tantas veces
en quedarme con tus labios.

Hay días en que rebosan
entre tus palabras, palpitantes,
y pareciera que estas son más bellas.

Me he quedado tantas veces en vilo,
que prefiriera morir de hambre
que hambre pasar de tus labios.

Y si no, baje Dios a la tierra
y vea que no exagero,
que mujer así no ha sido puesta en la tierra
ni por Él ni por nadie,
que nació al principio,
con la prima chispa del universo,
y esto lo se yo
cada vez que veo en tus ojos negros
la sabiduría de todas las mujeres,
cada vez que me sonries
porque sabes que quiero tus labios.