martes, 3 de junio de 2008

Don de lenguas.

Me decía la muchacha
-En una de esas mañanas
De resaca en mi cama-
Que los hombres que
Hablaban idiomas derivados
Del latín practicaban
Mejores cunnilingus
Y achacaba esto a que esos
Idiomas eran más
Dulces, sutiles,
Laberínticos e intrincados,
Que un ingles o alemán
No podía tener la misma
Delicadeza con la lengua
Que un español o francés
Y que su sueño de adolescente
Era un apuesto
Trovador castellano
Que la desvirgaba
Derritiéndole el himen
Con el solo uso de su boca.

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